lunes, 31 de agosto de 2020

12 ERRORES QUE NINGÚN PADRE O MADRE DEBERÍA COMETER

Acompañar, cuidar y educar a nuestros hijos es una tarea ardua, llena de obstáculos y contratiempos, pero a la vez emocionante y extraordinaria. Se aprende a ser mamá o papá a la vez que nuestros hijos aprenden a ser hijos. Así que seamos pacientes, ajustemos nuestras expectativas y seamos capaces de disfrutar del mejor oficio del mundo.

 

– ¿Quién te ha enseñado a ser mamá?

– Aprendo el oficio a la vez que tú te haces mayor.

– ¿Y cómo sabes lo que tienes que hacer?

– Me dejo guiar por mi intuición y aceptando que cada error es mi mejor maestro.

 

Sin duda se aprende haciendo, recorriendo el camino, admitiendo los baches y disfrutando de cada buen momento. Ser papá o mamá es una carrera de fondo, un camino lleno de lecciones de vida, donde los objetivos se logran a largo plazo con grandes dosis de serenidad y confianza. Un trayecto en el que no existen atajos, fórmulas mágicas o métodos que nos aseguren el éxito.

 

Un oficio maravilloso que te cambia de forma radical la vida desde que empiezas a ejercerlo, que te hace desaprender a diario. Que te regala a diario primeras veces, cariño a raudales, amor sin condición.

Una ruta compartida para siempre que, en ocasiones, te hace sentir frágil y agotada pero que a la vez es capaz de conseguir tu mejor versión. Donde las críticas u opiniones de los demás te hacen sentir vulnerable y las dificultades que aparecen a lo largo de las diferentes etapas te colman de inseguridades, complejos o culpas en búsqueda de una perfección errónea.

 

Un itinerario que te brinda la ocasión de aprender a confiar en la intuición, a aceptar que se aprende mucho más del error que de los aciertos, a entender que tienes derecho a la duda, a expresar cómo te sientes.

 

Más de 15 años ejerciendo la maternidad me han enseñado la necesidad de encontrar un equilibrio entre mi vida y las de mis hijos, a saber cuidarme para poder acompañar con calma, a gozar de cada pequeño momento aunque no tenga siempre la solución a una duda o dificultad.

 

Ojalá que a todas las mamás y papás antes de ejercer el oficio nos explicasen algunos de los errores que no deberíamos cometer.

1. Creer que educar consiste en enseñar o adoctrinar. La educación debería centrarse en despertar, en contagiar las ganas de aprender, de descubrir, investigar o crear.

2. Amar al hijo que queremos y no al que tenemos. En ocasiones nuestras expectativas no se ajustan a la realidad y ahogan a nuestros pequeños, aceptémosles tal y como son. No proyectemos nuestras frustraciones en ellos.

3. Creer que en la educación existen atajos. El arte de educar no contiene métodos mágicos que nos digan lo que debemos o no hacer. Así que tocará ser pacientes, estar presentes, establecer objetivos a largo tiempo, aprender de la experiencia y del ensayo y error.

4. Allanar el camino para evitar que sufran o se equivoquen. Evitemos la sobreprotección y asumamos que la adversidad forma parte de sus vidas. Evitemos hacerles dependientes, inseguros y sin una buena tolerancia a la frustración. Dejémosles caer, probar, errar y volver a empezar.

5. Olvidar lo maravilloso que es ser un niño privándoles del tiempo para realizar la actividad más importante para su desarrollo que es la de jugar. No abarrotemos sus agendas y permitámosles el aburrimiento, el mejor aliado de la creatividad.

6. Ignorar o minimizar los sentimientos de nuestros pequeños. La educación emocional debe ser la columna vertebral de nuestra educación. Enseñemos a ponerle nombre a aquello que les pasa, a expresar las dudas o miedos, a compartir lo que les hace vibrar, a conectar con las emociones sin temor a sentir.

7. Oír sin escuchar, utilizando un código distinto. El diálogo debe ser un pilar en la educación con nuestros hijos. Aprendamos a conversar con ganas de entendernos, a darle valor a nuestras palabras, a escuchar de forma empática, a respetar su forma de pensar o hacer.

8. Actuar en función de nuestro estado de ánimo. Las normas deben ser siempre las mismas independientemente del día que hayamos tenido. Actuemos siempre de igual forma controlando el humor provocado por el cansancio o el estrés. Evitemos la disparidad entre papá y mamá, trabajemos en equipo.

9. Educar sin límites y responsabilidades. Si nuestros hijos crecen sin normas claras serán niños con dificultades para vivir en sociedad. Enseñémosles que deben o no hacer, hagámosles responsables de sus decisiones, motivémosles a asumir riesgos y a asumir las consecuencias de sus actos.

10. Comparar constantemente a nuestros hijos con el resto de hermanos u otros niños solo puede provocar celos, envidias y baja autoestima. Cada niño merece ser educado de forma personalizada porque es único e irrepetible, dando respuesta a sus necesidades, haciéndole sentir único, creyendo en él.

11. Hablar y actuar con poca coherencia. El ejemplo es el lenguaje más persuasivo y por eso debemos ser consecuentes entre lo que hacemos y decimos. Un mal ejemplo llenará nuestra educación de incongruencia y decepción.

12. No pedir ayuda cuando lo necesitemos. Compartamos nuestras dudas o miedos con las personas que más queremos y confiamos, busquemos momentos para cultivar nuestras aficiones, cuidémonos para poder acompañar con mucha tranquilidad, sentido común y del humor.

No existe la madre perfecta, pero hay un millón de maneras de ser una buena madre. Jill Churchill.

 

 

 


 

 

Por: Sonia López Iglesias

Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/08/03/mamas_papas/1596435439_878472.html

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jueves, 27 de agosto de 2020

CÓMO IDENTIFICAR Y PREVENIR EL CIBERACOSO

 Entendemos por acoso escolar cualquier comportamiento violento, agresivo o despectivo hacia cualquier alumno o alumna, generalmente en situación de indefensión ante su agresor o agresores, y circunscrito, de forma más o menos elástica, al centro educativo. Situación que ha dado un vuelco con la irrupción de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), convertidas en herramientas primordiales de socialización para los más jóvenes de un modo por lo general completamente ajeno al control o supervisión de sus mayores.

 

Una nueva forma de relacionarse con los demás que ha traído consigo, entre muchas otras cosas, el ciberacoso o cyberbullying, práctica tanto o más nociva que el acoso presencial, del que suele ser una consecuencia, y que dado el cierre de los centros educativos estos últimos meses se ha convertido en la única posible para los acosadores. A continuación, os planteamos una aproximación al tema con una guía para que los adultos podáis detectar y paliar los efectos del ciberacoso en los menores a vuestro cargo.

 

Ciberacoso: qué es y cómo puede detectarse

El ciberacoso es el uso de las TIC, y cualquiera de sus dispositivos derivados, destinado a ejercer el acoso psicológico, incluyendo desde el chantaje hasta el hostigamiento emocional o el desprecio hacia el otro, entre menores de edad. Pero al contrario que en el caso del acoso escolar convencional, el ciberacoso tiene una serie de particularidades que lo hacen especialmente nocivo: el anonimato del que gozan el acosador o acosadores, y que les otorga un grado de impunidad muy superior al que conlleva el acoso escolar; la dificultad para establecer su existencia, dado que se considera que no tiene consecuencias físicas para las víctimas; o sus prácticas bajo la forma de suplantación de identidad digital o la exclusión y la humillación online, entre otras, son algunas de sus características específicas.

 

Ahora bien, si gran parte de su dañina naturaleza se basa en una cierta invisibilidad, ¿a través de qué situaciones puede detectarse el ciberacoso en quienes lo sufren?

  • A través de la observación de cambios emocionales y anímicos tales como timidez repentina, explosiones de agresividad o episodios de apatía y tristeza.
  • Cambios súbitos en la vida social del acosado como, por ejemplo, miedo a salir de casa, incapacidad para dar respuesta a bromas y opiniones ajenas o, directamente, ausencia o precariedad de relaciones con los demás.
  • Cambios físicos y actitudinales tanto en postura corporal, más encogida o con la cabeza gacha, como en el modo en el que comparte su espacio con los demás, especialmente cuando utiliza dispositivos TIC. Acto, este último, que en una situación de ciberacoso generalmente se da en ausencia de adultos.
  • Somatización del acoso a través de repentinos cambios de peso, trastornos alimentarios, dificultad para conciliar el sueño, pesadillas, dolores sin causa aparente o episodios de agotamiento.

 

Son situaciones que requieren, en cualquier caso, de observación por parte de los que rodean al menor acosado para ser detectadas, primer paso imprescindible para poder tomar cartas en el asunto y prevenir las consecuencias que el ciberacoso tiene sobre quienes lo sufren.

 

¿Cómo actuar ante el ciberacoso?

Como se ha dicho líneas atrás, el ciberacoso es más difícil de detectar que el acoso escolar, y más aún si tenemos en cuenta que muchas de sus víctimas no suelen explicar el acoso al que se ven sometidas, sufriéndolo silenciosa y solitariamente. Por eso, una de las mejores formas de evitar las consecuencias del ciberacoso es, precisamente, previniéndolo a través de los puntos siguientes:

  • Una alfabetización digital y una formación en netiqueta resultan muy útiles de cara a que los menores sepan, antes que nada, que toda acción hacia otra persona en un entorno virtual tiene consecuencias reales. Igualmente, recomendamos que esta formación no solo la reciban los menores sino también sus mayores, de cara a saber qué y cómo se relacionan los niños y niñas a su cargo en Internet.
  • En otro orden de cosas, y especialmente a edades muy tempranas, puede activarse un control parental en los dispositivos TIC a los que acceden los menores, evitando así que su exposición en la Red pueda ser utilizada en su contra.

 

Aunque si el ciberacoso ya está produciéndose, hay otras medidas que pueden tomarse para ponerle fin. Os las explicamos a continuación:

  • Si existen sospechas de que esta situación está teniendo lugar, hablad con el o la menor sobre ello, sin minimizar lo que le está ocurriendo en ningún momento, y evitando culpabilizarlo. El acosado o acosada muchas veces cree que podría haber evitado la situación por sí mismo castigándose por no haberlo conseguido sin pedir ayuda.
  • Comunicad la situación al centro educativo para que tomen las medidas que crean necesarias de acuerdo con los protocolos existentes en materia de acoso escolar y ciberacoso. No dudéis en consultar a asociaciones especializadas en ciberacoso y, si la situación alcanza el grado de delito, denunciadlo.
  • Reforzad la autoestima del acosado o acosada, haciendo que se sienta querido y valorado tanto por vosotros como por sí mismo, pidiendo ayuda psicológica en caso necesario.

 

Y, sobre todo, no olvidéis nunca que, pese a que el ciberacoso tiene consecuencias, y algunas de ellas muy graves, estas pueden solventarse y dejarse atrás.

¿Conocéis directa o indirectamente algún caso de ciberacoso? Y, de ser así, ¿cómo se resolvió? Compartid vuestras experiencias con todos nosotros y este post con vuestros contactos.

 

 

 

 


 

 

Fuente  https://www.aulaplaneta.com/2020/07/06/en-familia/como-identificar-y-prevenir-el-ciberacoso/

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lunes, 24 de agosto de 2020

Cómo prepararnos en casa para las clases online

El lugar de estudio, la iluminación, el tipo de silla o la conexión a internet son algunos de los elementos que debemos tener en cuenta para mejorar el aprendizaje online de nuestros hijos.

 

Las familias han vivido con cierto estrés el paso de las clases presenciales a las clases online. El final de curso fue complicado y es comprensible su preocupación por una posible vuelta a las clases online. Para lograr que la Educación en casa sea satisfactoria, debemos primero asumir que necesitamos tiempo para lograr que fluya todo a la perfección. Lo primero es plantearse objetivos a corto plazo que permitan a nuestro hijo ser lo más autónomo posible y ayudarle a desarrollar la actitud y los hábitos de estudio adecuados.

 

Puesto que crear un ambiente de estudio que ayude a sacar el mayor partido posible al aprendizaje es muy importante, Kumon ofrece 8 consejos con los que podrás crear el espacio adecuado para preparar la vuelta al cole y el posible retorno o apoyo a través de las clases online:

 

1.      Seleccionar el lugar de estudio en función de su autonomía: Los niños más pequeños necesitan estar cerca de los padres para aprender hábitos y rutinas de estudio, y para poder recurrir a ellos en los niveles iniciales de su formación. Cuando ya son más autónomos y pueden realizar las tareas sin ayuda, es recomendable que trabajen en un espacio distinto a su habitación para evitar distracciones.

2.      Comprobar la conexión a internet: Revisa que el ordenador que va a utilizar tu hijo se encuentre en óptimas condiciones y que la conexión a internet esté operativa.

3.      Evitar las distracciones: La conexión debe establecerse desde una habitación silenciosa, de colores neutros y sin elementos demasiado llamativos. No debe haber juguetes a la vista, y todos los materiales que tu hijo pueda necesitar (lápices, papel, goma de borrar, etc.) han de estar a mano para evitar paseos improductivos.

4.      Utilizar el lugar de estudio solo para estudiar. Es muy importante dejar claro a tu hijo que la zona de estudio es para aprender y que no puede estar sentado en ese escritorio si no está trabajando. De esta manera, asociará ese lugar con su actividad diaria.

5.      Tener más de un lugar de estudio por niño: Si dispones de espacio suficiente en casa, puede ser beneficioso que tu hijo cuente con un lugar de trabajo distinto para cada tipo de tarea: uno para las que requieren el uso de equipos informáticos y conexión a internet, y otro para las que no.

6.      Buscar una silla adecuada: Ha de ser adaptable a la altura de tu hijo y cómoda para él. Para que su postura sea correcta, las rodillas deben formar un ángulo de 90 grados, igual que los codos cuando se apoyan en la mesa.

7.      Tener una buena iluminación: La luz es clave para mantener la atención. Si lo necesitas, puedes utilizar una lámpara adicional con una bombilla de bajo consumo que no dé calor.

8.      Aprovechar toda la casa: El hogar es un espacio perfecto para ofrecer a tu hijo contenidos educativos. Coloca los libros de manera que estén accesibles en cualquier estancia. También puedes poner carteles con contenidos educativos en las puertas, imanes de letras para formar palabras en la nevera y pizarras en las que puedan expresar sus ideas o apuntar sus tareas, tanto de la escuela como de casa.

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Fuente

https://www.magisnet.com/2020/08/como-prepararnos-en-casa-si-vuelven-las-clases-online/

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jueves, 20 de agosto de 2020

EL CANSANCIO Y LA VUELTA AL COLE, PRINCIPALES CAUSAS DEL ESTRÉS EMOCIONAL DE LAS MADRES

Una última encuesta de Malasmadres, realizada a 10.000 sujetos, indica que el 86% de las mujeres se sienten apáticas, tristes y desmotivadas


La pandemia de coronavirus no solo está dejando tras de sí secuelas físicas (en algunos casos terribles), sino también secuelas psíquicas en toda la población; y las madres no escapan de este sufrimiento, porque la crisis sanitaria ha llevado el cuidado a otro nivel. Desde que el pasado 14 de marzo las familias se vieran sometidas a un confinamiento obligatorio y necesario, al cierre de los colegios, a la prohibición de los niños a salir a la calle, a ser profesores, cocineros, economistas y cuidadores, los niveles de estrés emocional han ido en aumento. Y aunque ha afectado a ambos sexos, parece que este sufrimiento ha sido mayor en las mujeres.

Así lo indicaba un trabajo realizado en mayo por las profesoras del Departamento de Sociología y Antropología Social de la Universitat de València (UV) Cristina Benlloch y Empar Aguado que, junto con la politóloga-jurista Anna Aguado, concluían que las mujeres con menores que teletrabajan soportaban la mayor parte del estrés del confinamiento. La investigación, que se publicó en un artículo en la plataforma de divulgación científica The Conversation, pretendía conocer cómo afectaba el confinamiento al trabajo y a la conciliación familiar. Tras el análisis, las expertas concluían “que el seguimiento escolar de hijos e hijas en edad educativa lo hacen sobre todo las madres y que en algunos casos las mujeres están teniendo que facilitar el teletrabajo a sus parejas”. Este hecho, según las autoras, se convirtió “en un elemento de ansiedad y estrés añadido al hecho de teletrabajar”.

Ahora, en una nueva normalidad inmersa en plena pandemia, el Club de Malasmadres y DKV han querido analizar la salud mental de las mujeres españolas –cómo se sienten las madres– y lo que han descubierto es que el estrés emocional se ha disparado en estos meses: “El 86% de las mujeres a estudio –unas 10.000 contestaron la encuesta– se sienten apáticas, tristes o desmotivadas”, según informan en un comunicado. Es decir, que se sienten más cansadas que antes del confinamiento: siete de cada 10 participantes describieron su cansancio como “alto”.

Exactamente, y según sus resultados, el 71% de las mujeres está “mucho más cansada” que antes del confinamiento, y el 43% prevé que no va a lograr desconectar durante sus vacaciones. Para las malasmadres, estos resultados ponen número a una realidad que se palpa en el ambiente: “Las mujeres han llegado a agosto extenuadas”.

Entre las razones descritas por las mujeres está la carga de trabajo o, lo que es lo mismo, la suma del teletrabajo más cuidados, tareas domésticas y educación de hijos e hijas. Y la incertidumbre tampoco ayuda a que se encuentren mejor: una de las principales causas de estrés para las madres es la vuelta al cole. Sus conclusiones también indican que, aunque en menor medida, las progenitoras también están preocupadas por el desgaste emocional y la falta de tiempo y de espacio para una misma y así poder desconectar. Entre las soluciones que las madres citan para sentirse mejor están, en primer lugar, poder estar solas sin hijos ni pareja; en segundo lugar, dormir; en tercero, hacer lo que quieran; en cuarto, poder desconectar y en quinto, conseguir silencio.

Hace dos años, el Club de Malasmadres y DKV Salud pusieron en marcha el proyecto La Hora de Cuidarse, con un claro objetivo: “Que las mujeres en general, y las madres en particular, incorporemos hábitos saludables en nuestras rutinas diarias. El autocuidado es un derecho y no un privilegio. Con esta iniciativa trabajamos cada día para visibilizar y concienciar sobre ello”, apunta Laura Baena, fundadora del Club de Malasmadres.

“Lo cierto es que el confinamiento y la incertidumbre que sigue atormentando a las familias españolas, y principalmente a las madres, hacen que los datos de esta encuesta cobren más relevancia. Y la preocupación mayor es la vuelta o no a las aulas”, según indican en el texto. Las malasmadres demandaron hace unos días una solución al Ejecutivo español. “Nos preguntamos qué piensa hacer el Gobierno si los colegios llegan a cerrar por la crisis del coronavirus y hay que activar un plan online o semipresencial y los padres y madres tienen que ir a trabajar. Urgen medidas que garanticen a las familias la conciliación”, señala Laura Baena.

El problema de la conciliación familiar, o más bien de la incapacidad de conseguirla, es una queja constante de miles de familias en España, que se ha puesto aún más de relieve con la actual crisis. La pandemia ha forzado a muchas madres y padres a teletrabajar, cuidar, ser monitores de tiempo de libre y profesores de sus hijos a la vez y en un mismo lugar: el hogar. “Las familias NO somos prioridad en esta sociedad. Nunca lo fuimos. Y ni siquiera una pandemia global como la del coronavirus ha hecho que esto cambie”, explicaba Baena hace unas semanas. Son cuatro millones de familias con hijos en España “a las que se nos ha dejado solas ante el problema de la conciliación”, añadía. Y la realidad es que han pasado ya más de cinco meses desde el comienzo de la crisis y las familias todavía siguen sin un plan.




Por: Carolina García
Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/07/29/mamas_papas/1596029642_165954.html

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domingo, 16 de agosto de 2020

31 MINUTOS Y UNICEF LANZAN SERIE PARA EXPLICAR A NIÑOS Y NIÑAS TODO SOBRE EL COVID-19

Los títeres del famoso programa chileno 31 minutos se juntaron con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) con el fin de lanzar una serie de videos cortos para explicarles a niños y niñas todo lo que tiene que ver con el COVID-19.
Fuente: https://www.elespectador.com


El noticiero de más famoso de marionetas, 31 minutos, que fue ampliamente acogido en Latinoamérica a principios de los años 2.000, acaba de relanzarse con una importante noticia: se alió con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) para realizar una serie de videos educativos con el fin de explicarles a niños y niñas todo lo relacionado con el virus que paraliza el mundo y la enfermedad que produce, COVID-19. (Le puede interesar: 31 minutos en Rock al Parque)

A través del humor, la ironía y la música, el programa conducido por el títere Tulio Triviño, que se convirtió en uno de los fenómenos mediáticos más fuertes para la generación de los noventa, ahora aprovecha su fama para ayudar a jóvenes a entender la situación por la que atraviesa la región, abordando temas que afectan la vida cotidiana de ellos y sus familias durante la pandemia.

El proyecto se llama Cuarentena 31, y a lo largo de sus cuatro capítulos desarrolla los desafíos de estudiar en casa, la existencia de las pandemias en la historia, los sentimientos y dificultades que provoca el distanciamiento físico y los miedos frente al COVID-19, informó la Unicef. Cada capítulo aborda un tema específico en donde identifica el problema que está impactando a niñas y niños, pero también les propone una solución o respuesta.

La especialista de UNICEF, Francisca Palma, explicó que desde UNICEF identificaron algunos temas que aparecían en diversos estudios como preocupaciones de parte de los niños y sus familias y que podrían estar afectando sus relaciones familiares y su salud mental. “Queremos acompañar a las familias en esta etapa difícil y sabemos que los personajes de 31 Minutos son muy queridos por los niños y niñas, por lo que esperamos que esta serie les permita abrir un espacio para compartir sus preocupaciones, conversar sobre sus miedos, darse cuenta que muchas personas están pasando por lo mismo y, sobre todo, que puedan tener un espacio de entretención y diversión juntos”, explicó.

La serie es protagonizada por Juan Carlos Bodoque, un conejo rojo que es el periodista estrella de 31 minutos y, también, el mejor amigo de Tulio Triviño. Estará siendo transmitida por las redes sociales de Unicef y de 31 minutos.

En el primer capítulo, Juan Carlos Bodoque cuenta cómo ha sido su experiencia con las clases virtuales. “Si en el salón era difícil concentrarse, en la sala es imposible”, dice la marioneta ante la cámara. Sin embargo, manda también un mensaje de aliento: “Este año puede ser un año distinto y difícil, pero no un año perdido. En estos días de guardar he aprendido a cocinar, a tocar la guitarra, he hablado horas con mi querida mamá y hasta he visto películas en blanco y negro”.


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miércoles, 12 de agosto de 2020

ANSIEDAD INFANTIL, ¿CÓMO DETECTARLA?

La ansiedad puede ser más persistente que el estrés, causando efectos nocivos a largo plazo.


La extensión del periodo de aislamiento debido a la pandemia es inevitable. En artículos anteriores, hemos hablado sobre cómo conservar la salud mental y manejar el estrés en adultos, pero en la mayoría de los casos, los adultos ya tienen las herramientas para identificar que están estresados y que su rutina podría estar afectando su salud mental.

¿Qué pasa cuando los niños en casa continúan inquietos a pesar de tener una agenda balanceada y suficiente tiempo de interacción con sus padres? Si manejar una constante comunicación para aminorar el estrés de los niños en esta época de incertidumbre no ha sido suficiente para estabilizar su estado de ánimo, podríamos estar hablando de ansiedad. Para aprender a detectarla y trabajarla, necesitamos entender que estrés y ansiedad no son lo mismo.

Estrés vs. Ansiedad
La línea entre la ansiedad y el estrés es muy delgada. Las dos son respuestas emocionales a un efecto adverso, pero existen características que las distinguen. El estrés, por ejemplo, es causado por un estímulo externo. Este estímulo puede ser de corto plazo, como un examen, una mudanza o una fecha límite, así como de largo plazo, como la pobreza, la discriminación sistémica, una enfermedad crónica, o en el presente caso, una pandemia.

En cambio, la ansiedad no es causada principalmente por un elemento externo, sin por una persistente y excesiva preocupación que podría estar ligada a un estímulo, pero no lo necesita para presentarse.
Los síntomas más comunes de la ansiedad y del estrés son, dificultad para concentrarse, agotamiento, irritación, tensión muscular y problemas para dormir. Sin embargo, el estrés podría catalogarse como más fácil de manejar, dado que su causa es un estímulo externo del cual es más factible disociarse o que bien podría terminar si es de corto plazo. En el caso de la ansiedad, las causas que lo potencian se nutren de una reacción interna, por lo cual es más difícil de identificar.

¿Cómo saber si es ansiedad?
La ansiedad, tanto en niños como en adultos, es la reacción negativa que persiste aún después de que un evento negativo y el estrés consecuente han terminado. Puede detectarse cuando los mismos síntomas asociados al estrés continúan o empeoran.

Además de estos patrones, los niños con ansiedad también pueden presentar falta de autoestima y confianza para tratar cosas nuevas o realizar tareas simples, problemas para comer, mal manejo de la ira, pensamientos negativos o un comportamiento consistentemente pesimista, así como el deseo de evitar actividades comunes como ver a sus amistades o tomar clases en línea.

¿Cómo combatir la ansiedad en niños?
Lo más difícil de entender con respecto a la ansiedad es que no se trata de un ciclo lineal con principio y fin. Como padres o maestros no podemos eliminar la ansiedad en un niño, eso solo podría lograrse en terapia, lo que sí podemos hacer es ayudarle a manejarla. Si su problema de ansiedad no ha escalado, enseñarles a tolerar la ansiedad puede hacer que esta desaparezca con el tiempo mientras el niño va ganando control sobre sus efectos.

Otra medida importante es no evitar completamente las cosas que podrían poner a un niño ansioso, si bien esto puede hacer que se sienta bien a corto plazo, a largo podría reforzar su ansiedad y coartar el desarrollo de habilidades necesarias, lo ideal es realizar el acompañamiento que le ayude gradualmente a disminuir el estrés que causa la ansiedad.

Las expectativas al momento de ayudar a un menor de edad con un problema de ansiedad deben ser realistas y empáticas. No se le puede prometer que cualquier situación en la que se pone ansiosa no va a volver a suceder, pero se le puede reforzar la confianza en que estará bien de todas formas, si le damos las herramientas para manejar los sentimientos negativos consecuentes.
¿El aislamiento ha afectado el nivel de ansiedad de tus hijos o alumnas? ¿Qué métodos has puesto en práctica para tratar de disminuir este estado de ánimo? Cuéntanos en los comentarios.




Por: Sofía García-Bullé
Fuente: https://observatorio.tec.mx/edu-news/ansiedad-infantil

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jueves, 6 de agosto de 2020

Escuela de Madres y Padres con interesantes cursos

La función de ser madres y padres no es fácil, hay que dedicarse y hay que mantenerse actualizado. Es una tarea en beneficio de los hijos e hijas que lleva toda la vida. Pero tanto madres como padres pueden hacer mejor sus funciones, con un poco de ayuda. Y ahora podrán aprovechar las ventajas de la Escuela de Madres y Padres de la ONG Save the Children. La misma pone al alcance de todos, una variedad de cursos que ayudarán en la tarea de apoyar y cuidar a los hijos.


Hay muchas interrogantes que se plantean las madres y los padres. Algunas sobre ¿Cómo actuar ante el acoso y el ciberacoso? ¿Cómo hablar de sexualidad con tus hijos? ¿Qué es la educación en positivo? ¿Podemos usar la tecnología de forma responsable? Y todos sabemos que madres y padres juegan un papel clave en la educación de sus hijos. Deben aportarles las herramientas necesarias para que puedan defender sus derechos.

 

Pero quizá hasta ahora no cuentas con las herramientas que quieres trasladar a tus hijos o hijas. Esta escuela que es sin duda alguna un gran aporte a la comunidad, también está dirigida a personal educativo y toda persona que tenga un vínculo directo con la infancia. A todas las personas que forman parte del entorno de un niño o niña tienen la oportunidad de ser parte activa en su proceso de desarrollo y crecimiento.

 

Y que son personas que obtendrán una gran ventaja para resolver las dudas infantiles en aspectos relevantes. Que también son dudas de la familia y la comunidad. Así que asistiendo a esta escuela y aprovechando sus cursos, podrán aclarar sus dudas y poner en práctica las herramientas para abordar las dudas de niños y niñas.

 

Inscribirse en la Escuela de Madres y Padres

Para obtener la gran ventaja que supone esta Escuela de Madres y Padres solo tienes que decidirte. Para ello tienes que visitar la web de Save the Children https://escuela.savethechildren.es/ Darte de alta esto es aún más fácil si eres socio, has hecho donaciones o has colaborado firmando alguna de sus campañas. Con solo utilizar las claves de acceso se puede visitar el área privada. Y si aún no te has dado de alta pues es hora de hacerlo. Para ello solo hay que completar los datos del formulario. Y también se puede acceder utilizando el usuario de Facebook.

 

Video lecciones para madres y padres

Ya en el espacio de la Escuela de Madres y Padres, se pueden encontrar una variedad de cursos. Los mismos presentados en versión PDF para que todos puedan descargarlos gratuitamente. Pero también hay varias video lecciones a las que se puede consultar luego de registrarte en la web. Así que cada curso que propone la web cuenta con una video lección y también un archivo en PDF descargable. En dicho archivo se encuentra el contenido de la guía que corresponde a ese capítulo.

 

Estas video lecciones tienen una duración máxima de 5 minutos y abordan distintos aspectos y contenidos del tema que se trata en cada curso. Al finalizar cada uno de ellos puedes marcarlo en la página del capítulo como completado para ir haciendo un seguimiento de tu avance.

 

Cada madre o padre, profesor o cualquier interesado puede decidir realizar el curso completo en una sesión. También puede elegir si así lo desea, completarlo en varias sesiones. Cuando se marcan los capítulos completados, puedes acceder directamente a la parte que corresponde cuando lo retomes luego.

 

Cursos de la Escuela de Save the Children

Qué cursos encontrarás, pues muchos que te interesan y son de gran utilidad. Cursos sobre antivirus contra la violencia, aprender a educar, bullying y ciberbullying. Además, cómo hablar sobre sexo con tus hijos. Problemáticas actuales que a todos nos interesa saber cómo resolver. Pero sobre todo como apoyar a nuestros hijos e hijas para enfrentarlas.

 

Sobre Save the Children

En 1919 fue fundada en Londres, Save the Children, por Eglantyne Jebb y Dorothy Buxton. Su objetivo recaudar dinero para alimentar a miles de niños austríacos y alemanes, víctimas de los efectos de la Gran Guerra. Ese primer paso a construir Save the Children, supuso una recaudación de más de 100.000 libras.

 

Desde entonces, la ONG trabaja en cambiar el modo en el que el mundo trata a los niños y las niñas. Y gracias a su labor se han logrado grandes avances en el bienestar de la infancia y en el respeto hacia sus derechos. Solo en el 2014, Save the Children llegó a 55 millones de niños y niñas en más de 120 países de todo el mundo.

 

La entidad trabaja en más de 120 países defendiendo los derechos de millones de niñas y niños. En España cuenta con 5 sedes en la Comunidad de Madrid, Cataluña, Andalucía, Comunidad Valenciana y País Vasco.

 

 

 


Fuente

https://educacion2.com/cursos-de-escuela-de-madres-y-padres/


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EDUCAR EN RESILIENCIA PROACTIVA O CÓMO ENSEÑAR A LOS NIÑOS A AFRONTAR LOS GOLPES DE LA VIDA


Estos menores contarán con las estrategias necesarias para hacer frente a los retos y dificultades que se interpongan en su camino

“Mamá, y ahora ¿cómo vamos a salir de esta situación?” “No dejando que nos pueda el desánimo”.
“¿Aunque parezca que nada vaya a ser como antes?” “Habrá que inventar una nueva fórmula de hacer las cosas”.


Al igual que los adultos, nuestros hijos llevan meses esforzándose por adaptarse a una situación excepcional. De la noche a la mañana quedaron atrapados entre cuatro paredes, mucho de ellos sin entender muy bien quién era ese “nuevo virus” que les había robado la libertad.

La pandemia llegó sin previo aviso, sin pedir permiso a nadie, y les robó las rutinas, los días en la escuela, el juego en el parque o los partidos de los sábados. Pero sobre todo les privó de estar con sus amigos, de recibir el cariño de sus profesores, de poder ser mimados por los abuelos.

Muchos de ellos han estado confinados en familias que han sufrido pérdidas de seres queridos, han vivido situaciones traumáticas o han perdido su trabajo. Niños y jóvenes sometidos a grandes niveles de estrés e inseguridad observando como sus padres hacían malabarismos para salir airosos de las interminables jornadas de teletrabajo mientras que les ayudaban a hacer sus deberes. Algunos de ellos pasando mucho tiempo solos y con miedo porque papá y mamá tenían que ir a trabajar aunque el coronavirus estuviese matando a mucha gente.

Después de aprender a vivir sin pisar la calle o a ir al colegio a través de una pantalla, ahora les toca de nuevo adaptarse al escenario de la desescalada. Una nueva fase que cambia por semanas, que les está privando por el momento de jugar en los parques, de disfrutar de sus actividades deportivas, de sus escuelas de verano o de estar con los abuelos por miedo a infectarles.

En una nueva normalidad llena de tanta incertidumbre, la resilencia va a ser sin duda la capacidad que más vamos a necesitar educar. Educar en la resilencia es enseñar a nuestros niños y adolescentes a buscar respuesta a sus problemas y desarrollar las habilidades necesarias para poder enfrentarse a una nueva realidad repleta de cambios y dificultades desde una actitud realista pero muy optimista.

La resilencia es una de las competencias más difíciles de enseñar. Las personas resilientes tienen la capacidad de hacer frente a las adversidades que les presenta la vida, superarlas e incluso, salir reforzadas de ellas. Una habilidad transversal que afecta a muchas áreas de la personalidad y que nos permite sobreponernos a los contratiempos.

Aprender a vivir sin controlar qué pasará mañana, a saber exprimir el aquí y el ahora, a innovar en todas las facetas de nuestra vida. A saber bailar con lo inesperado conectando con las emociones, aceptando que quien arriesga puede perder pero es inmensamente más feliz del que no se atreva a hacerlo.

10 claves para educar la resilencia proactiva
1. Es esencial que nuestros pequeños y jóvenes entiendan el cambio una parte indiscutible de la vida, que nada es eterno, que como hemos visto con la covid-19, todo puede variar de la noche a la mañana.
2. Enseñémosles a convertir cada contratiempo en una gran oportunidad para aprender, para mejorar, para intentar buscar la mejor versión de uno mismo. A ver el error como parte imprescindible del aprendizaje, a convertir el esfuerzo y el trabajo en los mejores aliados para seguir caminando.
3. Asegurémonos que saben que creemos en ellos sin condición, que reconocemos cada uno de sus logros, que les encorajamos en cada uno de sus pasos. Ofreciéndoles nuestra seguridad y protección incondicional.
4. Dialoguemos con nuestros hijos a diario, mostrándonos empáticos con todos aquello que sienten o les sucede. Preguntémosles cómo se sienten, qué les preocupa, abramos nuevos canales de comunicación sin juicios ni reproches. Validemos todo aquello que les recorra por dentro, seamos el mejor modelo que puedan tener a la hora de gestionar nuestras emociones.
5. Potenciemos su autoestima, pilar básico para el aprendizaje. Ayudémosles a ser conscientes de sus fortalezas y también de sus limitaciones, a confiar en sus capacidades, a descubrir sus propios talentos. Consigamos que se atrevan a mirarse en el espejo sonriendo y seguros de sí mismos confiando, fomentemos el autoconocimiento y autoconcepto positivo.
6. Dejemos que tomen sus propias decisiones conscientes que en ocasiones no van a ser las acertadas. Potenciemos la autonomía, la creatividad y flexibilidad ante las adversidades como la mejor arma para buscar nuevas respuestas, donde el humor y la tenacidad se conviertan en los mejores aliados.
7. Enseñémosles a pedir ayuda cuando lo necesiten, a trabajar en equipo cooperando, a ser empáticos y bondadosos con los que les rodean. A ser agradecidos sabiendo valorar lo mucho que posen.
8. Diseñemos juntos nuevos desafíos por los que soñar y trabajar, teniendo muy presente que el esfuerzo y la constancia serán la clave para el éxito, sin victimismos que entorpezcan el camino.
9. No los sobreprotejamos ni justifiquemos los errores o evitemos las adversidades. Exijámosles que se comprometan con cada una de sus decisiones sin excusas, asumiendo las consecuencias de sus acciones y celebrando sus éxitos. Animémosles a intentarlo siempre una vez más.
10. Animémosles a enamorarse de la vida, a aferrarse a los sueños, a querer mejorar día a día. A reflexionar sobre el porqué de las cosas, a verbalizar los miedos, a ser simplemente felices.




Autora: Sonia López Iglesia/elpais.com
Fuente: https://elpais.com/elpais/2020/06/26/mamas_papas/1593178518_666959.html

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