El cierre temporal
de los centros educativos en multitud de provincias como medida de control
frente al Coronavirus obliga a los alumnos a seguir estudiando y formándose
desde el hogar. La psicóloga Laura Carrillo Menor ofrece cinco pautas a los
padres para favorecer un entorno de estudio en casa.
¿Cómo se puede
mantener la motivación de los menores para que estudien en casa? ¿Cómo es un
ambiente de estudio ideal? ¿Cada cuánto deberían descansar? Estas son algunas
de las preguntas que se hacen las familias ante las próximas semanas de cierre
de los centros educativos, que obligan a sus hijos a quedarse en casa y
continuar desde ella con su formación.
La psicóloga
clínica experta en Educación Laura Carillo Menor expone aquí algunas pautas y
consejos para que los padres favorezcan el hábito de estudio de sus
hijos.
Creando un ambiente de estudio en casa
Crear un ambiente
adecuado en casa será fructífero en estos momentos por el Coronavirus, pero también puede ser el comienzo
de un buen hábito de estudio tan importante para el futuro de los niños.
Los cerebros de los
seres humanos funcionan mejor cuando tienen adquiridas unas rutinas y saben lo
que tienen que hacer en cada momento; por ejemplo, cuando uno tiene asimilada
la rutina de lavarse los dientes antes de acostarse, si un día no lo hace sentirá
que le falta algo por hacer.
Es por ello que es
necesario comenzar a crear una rutina de clases en casa parecida a la que
llevan a cabo en el colegio.
·
Despertarse todos los días a la misma hora: la alarma seguirá sonando,
ya que no es adecuado que crean que están de vacaciones. Si se despiertan
cuando quieran, se dormirán cuando ya no aguanten más.
·
Cuando comiencen su tiempo de trabajo, es imprescindible que haya
silencio. La música clásica o sonidos de ambiente (como el piar de los pájaros)
son una distracción.
·
El lugar de estudio debería ser su dormitorio o un estudio en casa,
nunca la cocina o el salón donde existen diversos elementos distractores que no
facilitan una adecuada concentración o, incluso, no tienen una iluminación
adecuada. En este sentido, es importante recordar que si el menor es diestro,
la luz tiene que entrar desde la izquierda para que su propia mano no le haga
sombra en el papel, y al contrario si es zurdo.
·
Está completamente prohibido el uso del móvil o de la televisión
mientras realizan su trabajo.
·
No es adecuado que dispongan de comida encima del escritorio. Es
importante que desayunen antes de comenzar, pero con un vaso de agua durante el
estudio es suficiente, ya que tendrán tiempo de comer a mediodía.
Organizar el trabajo
Lo ideal es organizarse
de tal manera que los menores puedan seguir con el hábito de estudio. Por lo
tanto, puede hacerse un plan en el que comiencen todos los días por las
materias que les gusten menos o que presenten mayor dificultad, ya que es el
momento del día en que su cerebro está más descansado y mejor funciona. Así,
las asignaturas que más gustan o menos esfuerzo requieren se dejarán para el
final: el cansancio es mayor y la capacidad de esfuerzo del que disponen será
menor.
Cuanto más pequeños
sean, necesitarán descansar más veces; lo más adecuado es aprovechar esos
momentos para abrir la ventana para ventilar el espacio y oxigenar la
habitación. Pueden dar un paseo por la casa sin ir al frigorífico ni ver la
televisión o usar el móvil. Esto no es adecuado porque reciben otra información
que les puede resultar interesante o incluso preocupante antes de seguir
estudiando y podría distraerlos de la siguiente tarea. Transcurridos 10 o 15
minutos, se cierra la ventana y deberán continuar con su trabajo.
Dejarles autonomía
Es importante que
tengan la sensación de que sus padres confían en su responsabilidad. Sin
reproches ni juicios, hay que empezar desde cero y darles autonomía y confianza
para que tomen las riendas de sus propios estudios.
Al principio se
puede hacer un registro de si están siguiendo el plan de manera adecuada. Si es
que sí, se recomienda premiarlos con absoluta confianza en ellos. Si tienen la
percepción de que sus padres confían en ellos, les consideran responsables y
autónomos, ellos aumentarán su autoestima notablemente y disminuirá su
frustración.
Reforzar positivamente
En nuestra sociedad
estamos acostumbrados a decirnos las cosas malas o que no nos gustan de los
demás, y no tanto a trasmitir lo que nos agrada de otras personas. Por supuesto
vamos a seguir compartiendo con nuestros hijos las actitudes que nos parecen poco
adecuadas ante los estudios (o ante cualquier hecho), pero vamos a mostrar más
énfasis en lo positivo.
Por ejemplo, si ven
a sus padres orgullosos del esfuerzo que han realizado, ellos solos serán los
que quieran seguir desarrollando esa capacidad de concentración para que las
emociones que sienten los padres hacia ellos sean positivas.
Disfrutar en familia
Cuando acabe el
tiempo de estudio en casa, es fructífero reservar momentos para estar juntos
porque no hay nada más enriquecedor para ellos que poder disfrutar del tiempo
con sus padres.
Si hemos sido
capaces de que sean los responsables de su formación, si han permanecido en su
habitación sin precisar de atención constantemente y si se ha conseguido que
existiera un ambiente relajado para un adecuado estudio en casa, es el momento
de hacer el máximo ruido posible, jugar mucho y sobre todo, reír a carcajadas.
Por
EDUCACIÓN 3.0
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